YO ACUSO

 

                                              

 

                                                                                                                           La verdad está en marcha y nada

                                                                                                                                                                                           puede detenerla”. Emile Zola

 

 

 

   Ángel Cárcoba  (1)

 

 

La génesis de una catástrofe sanitaria.

 

A partir de la segunda mitad del siglo XIX con el descubrimiento de importantes yacimientos en Canadá y África del Sur, la utilización del amianto se desarrolla progresivamente.

En 1906 se expone en el parlamento británico la primera descripción de la era industrial de una enfermedad pulmonar ligada al amianto. En 1935 médicos ingleses describen casos de fibrosis pulmonar por la misma causa. En 1947 el Inspector jefe de las fábricas de su Majestad británica presenta un informe anual con 235 muertes atribuidas a la exposición al amianto. En 1955 el epidemiólogo R. Doll publica un estudio que se convierte en un clásico hoy en día.  En colectivos de trabajadores del amianto observa que el riesgo de contraer cáncer de pulmón era 10 veces superior a la población general. 1960 es otra fecha clave en la historia del conocimiento de las patologías del amianto. El anatomopatólogo sudafricano  JC Wagner establece la relación entre mesotelioma y amianto. En años sucesivos aparecen los estudios de Selikof,  Peto, Doll, y otros que anuncian una epidemia de cáncer relacionado con el amianto. La propia Comisión Europea encarga un estudio a un grupo de científicos en el que se concluye que entre el año 2000 a 2040 se producirán en Europa medio millón de muertes por diversos tumores relacionados con el amianto. Hasta llegar a nuestros días en que la OMS y la OIT publican sendos informes en los que se afirma que 100.000 personas mueren al año en el mundo por exposición al amianto.

El amianto era pues y es una catástrofe sanitaria anunciada y previsible. Pero increíblemente es muy poco o nada lo que se ha hecho para evitar esta hecatombe.

En todo este proceso el lobby industrial y financiero del amianto ejerció y sigue ejerciendo poderosas presiones  sobre organismos internacionales (OIT,OMS,OMC), sobre gobiernos y sobre la comunidad científica. Se trata de una guerra científica, médica, judicial y política.

Mientras millones de trabajadores y ciudadanos mueren de cáncer, los productores e importadores de este mineral asesino aumentan sus beneficios. (2)

La historia del amianto es la historia de cómo se destruye el cuerpo del trabajador hasta la asfixia. Es una historia plagada de sufrimiento enfermedad y muerte porque alguien decidió obtener ingentes beneficios y plusvalía a cambio de  robar años de vida a la clase obrera.

Desde que me acerqué a la salud laboral (1977) me acompaña el drama del amianto y su impacto en la salud y el medio ambiente y comprendí que la enfermedad y la muerte en el trabajo no puede ser planteada como un conjunto de datos técnicos, de estadísticas, de porcentajes, de índices de frecuencia o de incidencia. No quiero pertenecer a las mayorías silenciosas convertidas en analfabetos emocionales. Cuando conoces el drama del amianto y a sus víctimas entran en juego las emociones y los sentimientos que obligan a elegir entre la dignidad o la indignidad. La indignación me persigue y me induce a buscar la caja negra sobre las causas de tanta enfermedad y muerte y a hacer visible un tipo de delincuencia fría, calculada que los ingleses llaman “asesinatos de corporación”.

 

Yo acuso

 

En la búsqueda de la caja negra encuentro algunas causas y algunos responsables a los que yo acuso de negligencia, incumplimientos de normas y de crímenes contra la humanidad. Incluso a los empresarios que argumentan que siempre cumplieron con la legislación vigente, yo les digo que los cementerios están plagados de trabajadores muertos en empresas que cumplían las normas.

 

Por todo ello,

 

·               Yo acuso a los productores de un mineral llamado amianto o asbestos que ha ocasionado la muerte de cientos de miles de trabajadores y que aún hoy más de 100.000 obreros mueren cada año en el mundo por tumores derivados de la exposición a dicho mineral.

·              Yo acuso a los Gobiernos de Canadá, Rusia, Sudáfrica, Brasil y de otros países proveedores de amianto de crímenes contra la humanidad, de abandonar las comunidades afectadas por el amianto; de anteponer la codicia y las ganancias económicas a la vida humana.

·              Yo acuso a los importadores de este mineral asesino a España. La banca March y Uralita S.A. son los responsables de la epidemia de cáncer por amianto en España.
 

  • Acuso a los empresarios de fibrocementos, de la industria naval, del sector ferroviario, del textil, de la siderurgia, de materiales de fricción por haber expuesto a un riesgo innecesario a miles de trabajadores y ciudadanos que les ocasionará la muerte.

  • Acuso a aquellos médicos de empresa, de Mutuas y de la Seguridad Social que se equivocaron de cliente, que negaron toda evidencia científica dando por aptos para el trabajo a obreros con asbestosis, con placas pleurales, con fibrosis pulmonar, incluso con cánceres de pleura y pulmón. Médicos que asisten a juicios como expertos periciales para defender los intereses de quienes les pagan (los empresarios). No se conoce un solo caso en toda la historia judicial en que un médico de empresa o de Mutua haya testificado a favor de las víctimas.

  • Acuso al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) de no dar protección médica, social ni económica a los trabajadores enfermos y afectados; recurriendo todo proceso judicial para impedir el reconocimiento de enfermedad profesional. Según estadísticas oficiales en España no se registra ni un solo caso de enfermedad profesional mortal.

  • Acuso a algunos  bufetes de abogados que se han encontrado en la enfermedad y la muerte en el trabajo una fuente de negocio.

  • Acuso a ciertos jueces, magistrados y fiscales de mostrarse insensibles ante una catástrofe sanitaria.

  • Acuso a  la Inspección de Trabajo que salvo raras excepciones permitió el incumplimiento sistemático de la normativa o no adaptó la misma a los conocimientos técnicos y científicos.

  • Yo acuso a la Comisión Nacional de Salud y Seguridad de incumplir sistemáticamente los acuerdos aprobados sobre amianto en sus sesiones plenarias.

  • Yo acuso a los Gobiernos del PSOE y del PP de haber faltado gravemente a sus responsabilidades de garantizar un bien público como es la salud. ¿Quién podía ignorar los peligros del amianto a partir de 1980? Nuestros gobernantes se mostraron sumisos, anestesiados por las presiones del lobby industrial y financiero del amianto, retrasando al prohibición más de 25 años con respecto a otros países. ¿Cuántas enfermedades y muertes se podrian haber evitado si se hubiera prohibido el uso del amianto en 1982 en lugar de el 2002?

  • Yo acuso a ciertos Ministros y Diputados de convertir la política en el arte del engaño. Sirva el siguiente ejemplo: el 8 de Noviembre de 2002, la entonces Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Maria Teresa Fernández de la Vega,  presentó  al Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley en la que se instaba al Gobierno del PP a poner en marcha un programa de vigilancia de la salud, a crear un Fondo de Indemnización a las víctimas del amianto, a promulgar normas que posibiliten la jubilación anticipada, el reconocimiento automático de las enfermedades profesionales y el control del amianto instalado. Unos meses más tarde esta señora llega a ocupar la Vicepresidencia del Gobierno y todo lo que era posible en la oposición de pronto se convierte en imposible en el gobierno. Mientras tanto los trabajadores ciudadanos siguen muriendo.

  • Yo acuso a los responsables de operaciones transfronterizas de transferir el riesgo a países sin normas, expandiendo la epidemia de cáncer a continentes enteros. Una 700 naves de guerra y 4.500 buques de la marina mercante repletos de amianto y otros agentes tóxicos son desguazados en el sudeste asiático. Una de cada seis personas que trabajan en Alang (India) padece asbestosis. El 36 % del tonelaje naviero mundial es propiedad de compañías domiciliadas en la Unión Europea.

 

  

Tribunal Penal Internacional

 

 

Mientras no se entienda que el derecho a la salud, el derecho a la dignidad en el trabajo va más allá que la negociación salarial, hasta fundamentarse en los principios de ciudadanía, seguiremos asistiendo impávidos a crímenes contra la humanidad.

Ante esta situación hago un llamamiento para la creación de un Tribunal Penal Internacional del Trabajo, donde comparezcan y se diriman las responsabilidades de quienes convierten el trabajo en lugares de violencia, enfermedad y muerte.

Se trataría de una iniciativa política basada en un movimiento social que implique no solo a las víctimas del amianto, sino a toda la ciudadanía.

La salud de los trabajadores no es un espacio reservado a especialistas o expertos. Están en juego derechos fundamentales que requieren la participación de hombres y mujeres, de trabajadores en activo y de jubilados, de médicos, de científicos, de intelectuales, de juristas, de cineastas y documentalistas, de personalidades políticas. Todos los saberes, todas las experiencias son necesarias para imponer el predominio del derecho y de los derechos contra la dominación económica.

Me estoy refiriendo a la creación de una red de activistas a favor de las víctimas.

Mientras tanto siguen siendo urgentes una serie de medidas tales como:
 

1.- Programas de vigilancia de la salud y automatismo en el reconocimiento de enfermedades profesionales.

2.- Programas de apoyo social y económico a las víctimas

3.- Control del amianto instalado

4.- Control de la transferencia de riesgos a terceros países.

5.- Determinación de las responsabilidades jurídicas y políticas de los responsables de esta epidemia.

 

 


 (1)  Ángel Cárcoba Alonso es miembro del departamento de Salud Laboral de CC.OO. Activista de la salud laboral. Presidió el Grupo de Trabajo de la Comisión Euroepa sobre amianto. Participó en la elaboración del Convenio y Recomendación de la OIT sobre dicho tema. Es autor del “Amianto en España” y de  varios trabajos, estudios y guías de prevención sobre el amianto en la etapa de la postprohibición.

 

 (2)  La empresa URALITA declara todos los años unos beneficios netos de miles de millones de las antiguas pesetas y cientos de millones de Euros. Entre Enero y Septiembre de 2007 esta empresa obtuvo unos beneficios netos de 70,9 millones de euros.